9 de julio de 2011

Desmán Ibérico

Descripción
Su aspecto resulta inconfundible, pues no se parece a ninguna otra especie de la fauna ibérica. Aunque recuerda vagamente a un topo, la adaptación a la vida acuática ha cambiado notablemente sus proporciones, mostrando, fuera del agua, un cuerpo rechoncho, de entre 11 y 16 cm de longitud, terminado por delante en un largo apéndice nasal que parece una trompa y una cola ligeramente más larga que el resto de su cuerpo, ésta puede medir entre 12 y 16 cm. Tiene los ojos muy pequeños y ausencia de pabellones auditivos. Pelo largo y liso de color castaño o gris, con irisaciones y el vientre más claro. Pesa entre 35 y 80 gramos. Las patas traseras recuerdan a las de la rata; son robustas y ágiles, y las usa para moverse con rapidez por el agua. La parte delantera del cuerpo es similar a la de un topo; las patas delanteras están adaptadas para escarbar la tierra y hacer madrigueras donde cría a su prole y se pone a salvo de sus predadores. El hocico es similar al de la musaraña, con una trompa muy desarrollada que le sirve para encontrar las larvas de las que se alimenta; es un órgano muy perfeccionado, indispensable para su supervivencia.
Viven en pareja y pueden vivir hasta tres años y medio.

Distribución y hábitat
Su distribución se limita a los macizos montañosos del norte de la Península Ibérica, desde el Sistema Central y la Sierra Da Estrela (Portugal) al Sistema Ibérico septentrional, Pirineos, Cordillera Cantábrica y Montes de León. Su distribución comprende también la vertiente norte de los Pirineos, en Francia. En las zonas de mayor influencia atlántica de Galicia y cornisa cantábrica se encuentra también en zonas bajas y relativamente poco escarpadas.
Está presente en cursos de agua permanentes, preferentemente arroyos montañosos de aguas limpias y oxigenadas. Su presencia está limitada por la existencia de un flujo regular de agua durante todo el año, por lo que muestran una preferencia por las regiones de clima oceánico y por los ríos con regímenes nivales. Su presencia no depende tanto de la altitud como de la pendiente de los ríos, su profundidad y la velocidad de la corriente.

Comportamiento
Son animales bastante territoriales, que forman parejas estables que controlan territorios de entre 200 y 400 metros de cauce. Para obtener sus presas se sujeta al fondo del curso acuático con las fuertes uñas de pies y manos, mientras escarba con el hocico entre las graveras. Su periodo de celo se da entre los meses de noviembre y mayo, y las hembras paren dos veces al año, con camadas de 1 a 5 crías por parto.

Factores de Amenaza
- Fragmentación de las poblaciones. El grado de fragmentación de sus poblaciones es muy elevado, no sólo por su reparto en sistemas montañosos, sino porque su restricción en las cabeceras de los ríos dificulta o impide la conexión entre poblaciones en el conjunto de una cuenca. 

- Presas y minicentrales eléctricas. La creciente construcción de presas impide el paso de los desmanes. En segundo lugar la lámina de agua formada aguas arriba constituye un hábitat en el que el desmán no puede sobrevivir por su excesiva profundidad y falta de circulación. También aguas abajo la irregularidad del caudal por la liberación súbita de grandes cantidades de agua alternada con caudales insuficientes perjudica el hábitat del bentos del que se alimenta el desmán, resultando así amplias zonas inhabilitadas.

- Canalizaciones que afectan a los cauces y las márgenes de los ríos provocan un deterioro del hábitat.

- Otras obras civiles, como carreteras o puentes pueden suponer alteraciones temporales del hábitat del desmán.
- Aumento de la población en los núcleos urbanos de montaña que genera mayor consumo de agua, vertidos insuficientemente depurados y artificialización de las márgenes.

- Deterioro del bentos limita o suprime el alimento de los desmanes.

- Extracción de agua que favorece la desaparición temporal del caudal circulante en superficie.

- Destrucción de las riberas y de la vegetación natural de los márgenes que puede afectar tanto a los lugares de anidamiento y refugio como a la insolación del cauce y la elevación de las temperaturas del agua.

- Contaminación orgánica o química de los ríos.

- Deportes acuáticos, especialmente aquellos que conllevan deterioro del bentos, como el barranquismo o el rafting.

- Extracción de áridos que alteran el régimen del agua y el fondo.